lunes, 27 de agosto de 2012

Capítulo 13.

Álex sonríe inmediatamente después de colgar el teléfono. La chica tenía una voz suave, tal y como la recuerda en la comisaria, pero allí su voz estaba más nerviosa. Frunce el ceño y se gira para ver a Mario, está en su cama, durmiendo. Que vuelco más curioso le ha dado la vida, hace apenas unos meses estaría emborrachándose en un bar, pensando en aquella chica, pero apareció Mario, ese chico con cara expresiva, ojos azules oscuros, un pelo negro revuelto, que le saco de esa mala época. Todo se le junto en apenas unas horas, su novia le puso los cuernos, su padre que le pegaba cuando llegaba a casa borracho y... Bueno, lo de su madre es algo con lo que vive cada día de su vida, murió en el parto. Cosa que su padre le culpa a él, piensa que si no hubiera nacido tendría a su amada a su lado, aún, para toda su vida. Su novia era una rubia bajita despampanante, una chica de unos 17 años, bajita, bastante bajita. Sonríe recordando cuando ella se enfadaba cuando se ponía de puntillas y no llegaba a darle un beso a su novio, entonces Álex la elevaba con sus manos, hasta posicionarla justo encima de su cabeza. Sacude su pelo. No le gusta pensar, siempre acaba igual, en recuerdos estúpidamente bonitos. Pero en una de esas noches de bar en bar, conoció a Mario, que le saco de un apuro con un par de moteros. Y aún no contento con esto, le ayudo a salir de esa mala época, le ofrecio quedarse en su casa, hasta que su padre se tranquilizara, le relajaba cuando pensbaa en la que un día fue su novia... Y lo más importante, le ayuda a no pensar en su madre. Lo único que no pudieron evitar ambos, es unirse a aquella banda. Necesitaban dinero, y así lo conseguían. Aún así hay varios incombenientes, el primero es que no quieren seguir en ella, y si se van, les encontrarán y a saber que les podría ocurrir... y el segundo es que su jefe es el hombre, con el que le puso los cuernos su novia.

En otro lugar de Madrid...
Todos parecen despreocupados, excepto Carlos. Este mira desde la barra a sus amigos. Son las 3 de la madrugada y no están cansados, ya verán cuando se despierten mañana para ir a clase. Carlos suspira y a continuación bebe un sorbo de su vaso de Coca-cola. Lucía se da cuenta de que está solo en la barra y decide dejar de bailar para ir a hacerle un poco de compañía.
-¿No vienes a bailar?-La joven se sienta a su lado y le hace un gesto a un camarero para que venga.
-No me apetece.-Lucía sabe que aquel chico miente. Le conoce desde hace mucho. Aun así lo pasa por alto.
-¿Quieres que nos v...?-Su voz se ve apagada por la multitud de la discoteca que grita con sus vasos hacía arriba acompañando la canción de P!nk ''Raise your glass'. El joven de ojos cambiantes, comprende a su amiga y empieza a hablar.
-En serio, mañana tenemos clase, son las 3. Vamonos ya.-Tanto su mirada como su voz suenan suplicantes, no le queda otra que aceptar. En pocos minutos convence a sus amigos de salir de aquella discoteca.
María está bastante borracha, en cambio Manuel es él que siempre está sobrio y atento ante cualquier contratiempo, solo que esta vez no se ha dado cuenta de la hora.
-Mierda...Sí que es tarde...-El chico rubio agacha la cabeza, sintiéndose un poco culpable.
-Bah, da igual. Mañana no vamos a clase y ya está.-María se tambalea de un lado a otro mientras andan por la calzada.
-La única que no va a ir a clase mañana eres tú. Estás tan borracha que no puedes ni andar con tacones.-Carlos señala a su amiga y todos ríen. Excepto la rubia del grupo, que arruga la nariz.
Todos caminan un rato así, en silencio. No tienen necesidad de hablar, es más, no tienen ni energías para hablar. Hasta que Manuel rompe el hielo:
-Oye, ¿y Carlota?-A todos les pilla desprevenidos esa pregunta. Ellos siempre habían visto a esa chica por los pasillos, siempre sola, apesar de ser una joven cautivadora de ojos azules... Y por lo que han deducido esta tarde, es bastante simpática y graciosa... También descubrieron que es sensible, ya que la vieron emocionada en la escena de Tengo Ganas de ti. Es un personaje. No logran comprender como una chica con un pelo negro tan largo, esa mirada marina, y ese aspecto puede pasarle por alto a tanta gente.
-Se fue al poco rato de que entraramos a la discoteca.-Lucía responde sin dudar. Ella fue la que decidió incluir a Carlota en sus planes, y la verdad, ha estado bastante bien.
-Es... una chica, curiosa digamos.-Carlos aumenta su ritmo, y las chicas se quitan los tacones para seguirle.
-No me la esperaba así para nada. En realidad, creía que era más un bicho raro.-Manuel habla, sonriente.
-¿Raro? ¿En serio? Es cierto que andaba siempre sola, pero ¡por favor! ¡Es todo un pivón! ¡Que no se me ha pasado como la mirabas esta noche!-María sufre las causas del alcohol: sinceridad. Los colores de Manuel suben a una velocidad increíble, no dice nada más.
Esa madrugada, su conversación discurre sobre Carlota, deciden volver a quedar con ella. Hablan de como es ella, como piensan que será. La verdad es que es todo un enigma, no saben nada de su vida.
Dentro de poco no tardaran en descubrirlo.

El destino tiene varias jugadas preparadas. ¿Quién dice que los recuerdos siempre permanecen encerrados? ¿Quién dice que no vuelves a ver a la chica de tus sueños? ¿O quién dice que no vuelves a ver a tu ex-novio? Si el destino cree conveniente que dos personas o más, se tienen que encontrar, sin dudar un segundo: Actúa. Y al siguiente segundo tienes a esas personas unidas, como un solo corazón latiendo. 


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