En otro lugar de Madrid...
Todos parecen despreocupados, excepto Carlos. Este mira desde la barra a sus amigos. Son las 3 de la madrugada y no están cansados, ya verán cuando se despierten mañana para ir a clase. Carlos suspira y a continuación bebe un sorbo de su vaso de Coca-cola. Lucía se da cuenta de que está solo en la barra y decide dejar de bailar para ir a hacerle un poco de compañía.
-¿No vienes a bailar?-La joven se sienta a su lado y le hace un gesto a un camarero para que venga.
-No me apetece.-Lucía sabe que aquel chico miente. Le conoce desde hace mucho. Aun así lo pasa por alto.
-¿Quieres que nos v...?-Su voz se ve apagada por la multitud de la discoteca que grita con sus vasos hacía arriba acompañando la canción de P!nk ''Raise your glass'. El joven de ojos cambiantes, comprende a su amiga y empieza a hablar.
-En serio, mañana tenemos clase, son las 3. Vamonos ya.-Tanto su mirada como su voz suenan suplicantes, no le queda otra que aceptar. En pocos minutos convence a sus amigos de salir de aquella discoteca.
María está bastante borracha, en cambio Manuel es él que siempre está sobrio y atento ante cualquier contratiempo, solo que esta vez no se ha dado cuenta de la hora.
-Mierda...Sí que es tarde...-El chico rubio agacha la cabeza, sintiéndose un poco culpable.
-Bah, da igual. Mañana no vamos a clase y ya está.-María se tambalea de un lado a otro mientras andan por la calzada.
-La única que no va a ir a clase mañana eres tú. Estás tan borracha que no puedes ni andar con tacones.-Carlos señala a su amiga y todos ríen. Excepto la rubia del grupo, que arruga la nariz.
Todos caminan un rato así, en silencio. No tienen necesidad de hablar, es más, no tienen ni energías para hablar. Hasta que Manuel rompe el hielo:
-Oye, ¿y Carlota?-A todos les pilla desprevenidos esa pregunta. Ellos siempre habían visto a esa chica por los pasillos, siempre sola, apesar de ser una joven cautivadora de ojos azules... Y por lo que han deducido esta tarde, es bastante simpática y graciosa... También descubrieron que es sensible, ya que la vieron emocionada en la escena de Tengo Ganas de ti. Es un personaje. No logran comprender como una chica con un pelo negro tan largo, esa mirada marina, y ese aspecto puede pasarle por alto a tanta gente.
-Se fue al poco rato de que entraramos a la discoteca.-Lucía responde sin dudar. Ella fue la que decidió incluir a Carlota en sus planes, y la verdad, ha estado bastante bien.
-Es... una chica, curiosa digamos.-Carlos aumenta su ritmo, y las chicas se quitan los tacones para seguirle.
-No me la esperaba así para nada. En realidad, creía que era más un bicho raro.-Manuel habla, sonriente.
-¿Raro? ¿En serio? Es cierto que andaba siempre sola, pero ¡por favor! ¡Es todo un pivón! ¡Que no se me ha pasado como la mirabas esta noche!-María sufre las causas del alcohol: sinceridad. Los colores de Manuel suben a una velocidad increíble, no dice nada más.
Esa madrugada, su conversación discurre sobre Carlota, deciden volver a quedar con ella. Hablan de como es ella, como piensan que será. La verdad es que es todo un enigma, no saben nada de su vida.
Dentro de poco no tardaran en descubrirlo.
El destino tiene varias jugadas preparadas. ¿Quién dice que los recuerdos siempre permanecen encerrados? ¿Quién dice que no vuelves a ver a la chica de tus sueños? ¿O quién dice que no vuelves a ver a tu ex-novio? Si el destino cree conveniente que dos personas o más, se tienen que encontrar, sin dudar un segundo: Actúa. Y al siguiente segundo tienes a esas personas unidas, como un solo corazón latiendo.
Todos parecen despreocupados, excepto Carlos. Este mira desde la barra a sus amigos. Son las 3 de la madrugada y no están cansados, ya verán cuando se despierten mañana para ir a clase. Carlos suspira y a continuación bebe un sorbo de su vaso de Coca-cola. Lucía se da cuenta de que está solo en la barra y decide dejar de bailar para ir a hacerle un poco de compañía.
-¿No vienes a bailar?-La joven se sienta a su lado y le hace un gesto a un camarero para que venga.
-No me apetece.-Lucía sabe que aquel chico miente. Le conoce desde hace mucho. Aun así lo pasa por alto.
-¿Quieres que nos v...?-Su voz se ve apagada por la multitud de la discoteca que grita con sus vasos hacía arriba acompañando la canción de P!nk ''Raise your glass'. El joven de ojos cambiantes, comprende a su amiga y empieza a hablar.
-En serio, mañana tenemos clase, son las 3. Vamonos ya.-Tanto su mirada como su voz suenan suplicantes, no le queda otra que aceptar. En pocos minutos convence a sus amigos de salir de aquella discoteca.
María está bastante borracha, en cambio Manuel es él que siempre está sobrio y atento ante cualquier contratiempo, solo que esta vez no se ha dado cuenta de la hora.
-Mierda...Sí que es tarde...-El chico rubio agacha la cabeza, sintiéndose un poco culpable.
-Bah, da igual. Mañana no vamos a clase y ya está.-María se tambalea de un lado a otro mientras andan por la calzada.
-La única que no va a ir a clase mañana eres tú. Estás tan borracha que no puedes ni andar con tacones.-Carlos señala a su amiga y todos ríen. Excepto la rubia del grupo, que arruga la nariz.
Todos caminan un rato así, en silencio. No tienen necesidad de hablar, es más, no tienen ni energías para hablar. Hasta que Manuel rompe el hielo:
-Oye, ¿y Carlota?-A todos les pilla desprevenidos esa pregunta. Ellos siempre habían visto a esa chica por los pasillos, siempre sola, apesar de ser una joven cautivadora de ojos azules... Y por lo que han deducido esta tarde, es bastante simpática y graciosa... También descubrieron que es sensible, ya que la vieron emocionada en la escena de Tengo Ganas de ti. Es un personaje. No logran comprender como una chica con un pelo negro tan largo, esa mirada marina, y ese aspecto puede pasarle por alto a tanta gente.
-Se fue al poco rato de que entraramos a la discoteca.-Lucía responde sin dudar. Ella fue la que decidió incluir a Carlota en sus planes, y la verdad, ha estado bastante bien.
-Es... una chica, curiosa digamos.-Carlos aumenta su ritmo, y las chicas se quitan los tacones para seguirle.
-No me la esperaba así para nada. En realidad, creía que era más un bicho raro.-Manuel habla, sonriente.
-¿Raro? ¿En serio? Es cierto que andaba siempre sola, pero ¡por favor! ¡Es todo un pivón! ¡Que no se me ha pasado como la mirabas esta noche!-María sufre las causas del alcohol: sinceridad. Los colores de Manuel suben a una velocidad increíble, no dice nada más.
Esa madrugada, su conversación discurre sobre Carlota, deciden volver a quedar con ella. Hablan de como es ella, como piensan que será. La verdad es que es todo un enigma, no saben nada de su vida.
Dentro de poco no tardaran en descubrirlo.
El destino tiene varias jugadas preparadas. ¿Quién dice que los recuerdos siempre permanecen encerrados? ¿Quién dice que no vuelves a ver a la chica de tus sueños? ¿O quién dice que no vuelves a ver a tu ex-novio? Si el destino cree conveniente que dos personas o más, se tienen que encontrar, sin dudar un segundo: Actúa. Y al siguiente segundo tienes a esas personas unidas, como un solo corazón latiendo.
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