jueves, 5 de julio de 2012

Capítulo 10.

Está en uno de esos momentos incómodos en los que quiere salir de allí pero no puede. Tiene unas inmensas ganas de llorar, pero, ¿cómo va ha hacerlo, si nadie de los otros cuatro lo hace?, ¿es que no les da pena la película? ¿No había otra que no fuera 'Tengo ganas de ti'? Por que claro, está muy contenta ya que quería ir a verla y no sabía con quien, pero es que es la parte donde Pallina y Babi se encuentran y Pallina está medio llorando...  le recuerda un montón a su última mejor amiga, ¿por qué le pasa esto a ella? Necesita llorar pero piensa en otras cosas, como por ejemplo en lo bueno que está Mario Casas, se acaba su sufrimiento pues justo aparece en la pantalla, y dos chicas aficionadas a él silban dos filas delante de donde están ellos, Carlota no puede evitar sonreír, está bueno, pero, ¿es para tanto? Vuelve a aparecer en la pantalla. Sí, sí es para tanto.


La chica agarra a Sergio por la cintura y le muerde la oreja. Enamorada. Realmente enamorada de ese chico. Lo que ella no sabe es que él pasa de ella, como en este momento. Se aparta ligeramente y hace caso a Jake que le mira espectante.
-¿Dónde coño se han metido estos dos, tío? -Le replica Jake a Sergio.
-Yo qué se, hace mucho que no les veo. -Dice Sergio apartándose un poco más de Rosalina.
-Estarán llegando. -Dice Juan temeroso a que le repliquen algo, desde hace unos meses vive con miedo, Mario siempre le ha defendido cuando Jake o Sergio le iban a pegar por hacer algo mal, él y Álex pasaron por eso al principio y no quiere que a Juan le pase igual. Observa la cartera que le ha robado antes a una señora, no quiere aquello pero no le queda otra.
Sergio, Jake, Rosalina y Juan ven como se acercan Mario y Álex a lo lejos, Juan se siente aliviado, Jake y Sergio enfadados y Rosalina triste.

-Son aquellos.
-Sí, está también Juan, no sabía que venía.
-Pues ya ves, ese pequeñín está siempre.
-Pobre...
-Ya, ha sufrido mucho.
-Lo sé.
Mario y Álex se callan hasta llegar junto con los demás.
-Esas horas, joder.
-Lo siento. -Dice Mario temeroso.
-Bueno, menos mal que has traído el coche azul.
-Ya, lo he aparcado allí que había un sitio por que como están las ...
-Me da igual, no hables tanto.
-Lo siento.
-Ya podéis iros todos.
Mario coge a Juan por los hombros y se lo lleva junto con Álex. Y Sergio le dice a Rosalina que se vaya, esta se acerca a Sergio para darle un beso de despedida y él la aparta con la mano.
-Esto va a ser grande, tío. -Escucha Rosalina decir a Sergio ya alejándose.
Mario, Álex y Juan se despiden y se dirigen cada uno a su casa.


Por fin salen del cine, Carlota se siente aliviada, ¡por fin! ¿Qué harán ahora? Lucía opina ir a su casa, por lo que hablan es muy espaciosa y sus padres no están en ella, los demás no se niegan y empiezan a andar. Carlota se siente apartada, hablan de cosas que ella no tiene ni idea y ninguno le hace caso. Por supuesto siente que ha sido un error decirle que sí a Lucía. Le suena el móvil y todos se fijan en ella, se ruboriza y busca dentro del bolso, cuando lo encuentra hace un gesto con la mano y se aleja un poco con el grupo, todos siguen andando pero Carlota un poco más alejada a ellos.
-¿Sí?
-Hija, ¿dónde estás?
Ups, se le había olvidado avisar a sus padres.
-Con unos amigos.
-Ah, vale, no llegues muy tarde a casa.
-Vale, adiós.
Cuelga. Se vuelve a acercar al grupo.
-Ey, Carlota -dice el chico que si no recuerda mal se llamaba Carlos- hemos decidido que después de ir a casa de Lucía, iremos a una discoteca que hay cerca.
-Está bien. -Carlota sonríe. Ahora introducen a Carlota en la conversación preguntándola a qué colegio va y todo eso, todos empiezan a hablar de sus profesores, de los más majos, de los que están locos, de los inútiles... Ríen y Carlota con ellos, se está empezando a adaptar, ¡qué majo es Carlos!


En silencio anda a su casa solo, con las manos en los bolsillos, sabe que en su casa no va a haber nadie ahora, a punto de los dieciséis y no es feliz, nada feliz a tenido una vida dura y pocos lo saben: primero, la separación de sus padres, su padre se quedó con la custodia y su madre se quedó sola, al poco tiempo su madre falleció y Juan sintió un  puñal en su corazón que, a día de hoy, todavía no se ha quitado, siente que no ha podido despedirse de su madre como él hubiera querido, pero con lo cabezota que es su padre tampoco pudo ir ni al entierro ni al funeral, de esto hace ya tres años, más tarde su padre se introdujo en la bebida y justo Juan se metió en la banda, a partir de ahí todo ha ido en decadencia su autoestima cada día peor, su padre cada día se dejaba ver menos hasta el día de hoy, a su padre le ha dado un infarto y está en el hospital ahora se pasa todas las tardes llorando en su habitación, aunque le alivia salir con la banda. Saca las llaves y entra en casa, como él esperaba, no hay nadie. Hoy le apetece ir a ver a su padre al hospital,se dirige a su habitación y coge un chubasquero porque con él tiempo que hace puede llover en cualquier momento.
Llega al hospital y sube a la planta cinco, se dirige a la habitación de su padre cuando se choca con una chica rubia. 'Lo siento', y sigue su camino, en la habitación de su padre hay una chica más o menos de su edad que le ha pasado lo mismo que a su padre, pobre... Abre la puerta y su padre, al verle, quiere correr a darle un abrazo, quiere recuperar el tiempo perdido, quiere pedirle perdón... pero se limita a decirle: 'Hola' porque no se puede mover.


Ha sido un día duro pero Carlota por fin está en casa, su padre está dormido pero su madre está en el salón, con el ordenador encima de sus piernas, escribiendo a una velocidad máxima, y es que tiene que organizar un montón de cosas. ¿Quién iba a decir qué una cadena de peluquerías traería tanto dinero y trabajo?
-Son las dos de la mañana, es hora de que te vayas a la cama, mamá.
-Estoy terminando, ahora me acostaré... -Dice impaciente.
-Está bien, hasta mañana.-Carlota resopla divertida.
-Buenas noches, cielo.-Su madre no parpadea, ni si quiera mira a su hija al despedirse.
Y mientras que Carlota sube a su habitación sigue escuchando las teclas hundirse en el teclado del ordenador de su madre, ese agradable sonido que le gusta tanto oír.
Arriba ya, se quita la ropa y se pone el pijama, le duelen los pies de todo lo que han andado hoy, ella no lo sabía pero en la discoteca todos sus amigos se pasan todo el rato bailando, se ha tenido que ir de allí por que no podía más, sin embargo, sus queridos amigos siguen allí, todos le han dado su móvil y aunque Lucía posiblemente en estos momentos esté bailando. Repasa un momento lo que acaba de pensar. No tiene sentido, no son amigos, solo han salido una noche. Aún así se siente acogida en ese peculiar grupo. Sonríe.
Deseando meterse en la cama aparta los peluches y se mete en ella, piensa en todo lo que ha pasado hoy, repasando cada momento: el incidente con el chico, esa mirada bajo la lluvia, Lucía, los chicos, la película... Se puede decir que ha sido un día movidito para ella. Pronto deja de pensar, se duerme entre sus sábanas, mientras que el teclado de su madre sigue desprendiendo letras y palabras, frases y expresiones. Nadie sabe lo que puede acarrear ese trabajo: noches sin dormir, viajes interminable, no ver a tu hija adolescente...Demasiadas cosas.
Otra vez, como en todo el día, la lluvia cae y golpea suavemente la ventana de la habitación de Carlota.

1 comentario:

  1. Cielo! Me encanta tu novela ^^ Espero el siguiente capítulo con impaciencia :)

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